domingo, 30 de mayo de 2010

Titicut Follies- Fredrick Wiseman (1967)


El psiquiátriqo Bridgewater le abre sus puertas a Wiseman, para realizar su documental acerca de cómo tartan a los internos en este lugar. Para darnos la bienvenida, los internos montan una canción que cantan y bailan en el teatro del llugar.

Lo que caracteriza a este documental en particular, es cómo critíca a la institución, y a veces, es criticado por ser demasiado directo. Wiseman denuncia el trato que le dan a los pacientes y el funcionamiento del lugar en sí, como tartan a los enfermos como poco menos que humanos, los mantienen en un lugar sucio, y les hablan como si fueran animales, sin jamás tomar en cuenta lo que ellos puedan decir, ya que antes que todo ellos son enfermos mentales y no pueden decir nada de valor. Esta actitud se ve cuando está siendo entrevistado el pedófilo. Las preguntas que le hace el doctor parecen ser para satisfacer su propio morbo que para diagnosticar al paciente con el cual a pesar de ser pedófilo acabas simpatizando, y dudando si pertenece ahi o en una cárcel penitenciaria.

Los guardias, como el doctor, parecen tener prioridades antes que el bienestar de los pacientes. Wiseman pone a sup úblico en una situación incómoda y de neurosis con escenas como aquella en la cual los guardias sacan al interno de su habitación, y todo el tiempo mientras está fuera, y hasta que lo regresan, le insisten en que tiene que limpiar su cuarto. Los guardias parecen estar repitiendo esto más de lo que normalemente lo harían, para impresionar a la cámara.

Solo se muestra una forma para salir, y esa es en un ataúd, y si no, nos despiden de la misma forma que nos recibieron, con un baile y una canción.

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