miércoles, 2 de junio de 2010

domingo, 30 de mayo de 2010

The Thin Blue Line – Errol Morris (1988)


En este documental detectivesco, Errol Morris utiliza varias convenciones cinematográficas para seguir el camino del crimen, el juicio y la sentencia.

Errol Morris nos muestra como una vez puesta en marcha la justicia, no hay forma de cambiar el resultado. Utiliza las recreaciones en varios momentos para mostrar como visto de diferentes lugares, se puede interpretar la verdad de diferentes formas. Hay dos posibles criminales en este caso, y desde un principio, la ley decide que uno de ellos es el culpable, de esta forma, toda la evidencia es examinada con visión de túnel, de forma que todo apunta hacia él.

El material es visitado cíclicamente, en la primera vuelta, algunas cosas se revelan, pero en las siguientes, poco a poco, Morris nos va revelando más hechos, se van viendo más facetas de los personajes, y del crimen mismo.

Otro dispositivo usado a lo largo de la película, son las entrevistas, tanto con los presuntos culpables, como con los abogados, detectives y testigos. Los lugares donde los entrevista son sets, y las entrevistas claramente no son espontáneas, pero las preguntas no son pretenden sacar una respuesta específica, si no, que las respuestas sean lo que los entrevistados quieren decir.

La película es una reflexión sobre la creación de la verdad, sobre como la verdad es maleable, y no es necesariamente algo incuestionable, si no todo lo contrario.

David Holzman’s Diary – Jim McBride (1967)


Un diario falso de un joven que vive en un departamento en Nueva York, y cuya vida se esta desmoronando. McBride nos presenta un “diario” de una semana, en la que David Holzman busca su destino.

Holzman se vuelve un personaje bastante apático, tipo pseudointelectual, que pasa horas lamentándose frente a su propia cámara.

La película es una reflexión sobre la verdad cinematográfica, hoy hemos visto esta película muchas veces, y en diferentes formas, ya sea en ficción o no ficción. Un personaje se enfrenta a sí mismo con su propia cámara, hasta llegar a una catarsis, y descubre algo sobre sí mismo. Es una fórmula que se ha abusado, y por eso este personaje se hae tan apático y molesto, el público puede ver que no hay nada de sinceridad en las acciones del actor.

El Chico Ciego- Johan Van der Keuken (1964)


Es muy difícil, si no es que imposible, que una persona que no sea ciega entienda lo que es ser ciego, y como es la vida de una persona ciega, es por esto que Keuken intenta quitarnos otro sentido, para poder recrear la falta de un sentido. Al jugar con la forma de audio y video sincronizados a la que estamos acostumbrados, Keuken nos hace más sensibles a esta falta de un sentido. Poco a poco nos va guiando a cómo es el día a día de una persona ciega. Nos muestra cosas a las que estamos acostumbrados a ver, como un niño aprendiendo a caminar, o a tocar el piano.

Con lo primero con lo que los ciegos reconocen los objetos, es con el tacto, y Keuken se concentra muchas veces en las manos de los niños, para ver cómo descubren las cosas, y junto con ellos, dado que son planos muy cerrados, nosotros también vamos descubriendo los objetos.
Ek director se fija mucho en que el espectador no sienta lástima por los ciegos, si no que entiendan que simplemente es una realidad diferente, los muestra haciendo tareas comunes del diario, como ejercicio, corren en la pista, hacen lanzamiento de bala.

Keuken juega con nuestros sentidos para intentar mostrarnos como sería si nos faltara algúno de los que sí tenemos. Una cámara poco intrusiva, y muy intuitiva nos muestra este mundo que no podemos entender.

Crónica de un Verano – Jean Rouch (1960)


Jean Rouch retoma a dos de sus personajes de La pirámide humana, para hacer un experimento social, en el que vemos como vive la gente en París. Esta pelícual es un encargo de Edgar Morin, quien junto a Rouch se encargan de abrir la película con una discussion sobre si se puede actuar naturalmente frente a una cámara o no. Lo que continua, es un censo de los parisinos en la calle, si piensan que son felices o no. Toman varios personajes en los cuales centrarse, los más distinguidos siendo un obrero, Angelo, y un grupo de jóvenes que se juntan para discutir la situación actual.

Morian, no dejó que el documental fluyera de una manera natural, ya que en vez de que la gente entrara fortuitamente al grupo de personas que prestaron su voz y expresaron sus opiniones a lo largo del documental, incluyo de forma forzosa a jóvenes que pertenecían a el grupo de Socialismo y Barbarie, dejando a Angelo como uno de los personajes más fieles, que además, se presta para este papel, que fluye muy naturalmente, sin tener problemas al enfrentarse con la cámara.

Otro momento muy fortuito, es cuando los jóvenes estan platicando, Landry les está intentando explicar la situación de los negros en África, y la diferencia de cómo conviven allá y cómo conviven fuera de África. Luego Landry quien les ha intentado explicar esa forma de vida, pregunta por el número que lleva Marceline en el brazo, ella explica que es de cuando estuvo en un campo de concentración, y se siente la incomodidad de todos, pero al mismo tiempo, la sinceridad, y un cierto catarsis en la historia.

Varias situaciones son empujadas por la cámara y sus creadores, y ellos no buscan esconder sus huellas, si no dejan que fluyan y que a pesar de un empujon que pueden haber dado, lleven el camino que deben llevar libremente.